Capitulo 44: El Sefior Mendoza Quiere Mantenerme
Tras un momento de vacilacién, Santiago indicé a Thiago que se ocupara de los asuntos pendientes y luego
contest6 la llamada.
Al conectar, del otro lado también hubo un momento de sorpresa, seguido por una voz célida y
suave.
-Santy, no esperaba que contestaras mi llamada. Santy, ;c6mo has estado todos estos afios?
Santiago permaneci6 en silencio. Tras una pausa, Lucia continud.
-Sé que probablemente atinodias, pero en aquel entonces realmente no tenia otra opcién... ; Podemos dejar
el pasado atrés? Después de todo, nuestras familias, los Mendoza y los
Valenzuela, siempre han sido cercanas, y nosotros en el pasado...
Santiago, sin interés en rememorar el pasado, la corté friamente.
-iQué quieres?
Lucia se amargamente y, tras respirar hondo, fue al grano.
-Mi abueloha pedido que participe en la organizacién del concurso nacional de joyeria.
Quisiera pedirte que seas juez invitado. No te preocupes, solo tendrias que aparecer en la final.
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no te tomara mucho tiempo.
Justo cuando Santiago iba a rechazar, Lucia se adelant6.
-Piénsalo, no tienes que dauna respuesta ahora.
Dicho esto, y como si temiera que él rechazara inmediatamente, Lucia colgé rapidamente.
Santiago fruncié el cecon preocupacion.
Por su parte, Thiago ya habia dado, con reticencia, la orden de Santiago.
Era mediodia y Valentina habia visitado un apartamento que le gusté mucho. Justo cuando
estaba a punto de firmar el contrato, el agente inmobiliarecibié una llamada. Tras colgar, se
dirigi6 a Valentina.
-Lo siento, sefiorita Lancaster, pero el duedel apartamento ha decidido de repente no alquilarlo. ;Qué le
parece si...
-No te preocupes, Valentina lo tranquilizé-, simplemente buscotro.
-Es que...-El agente parecia incémodo.
La situacién era muy parecida a la noche anterior y Valentina comenzé a sentir una inquietud
creciente.
-iSera que los demas apartamentos tampocolos podran alquilar?
-Lo siento mucho, realmente no tengo alternativa. ;Sera que ofendid a alguien?
El agente, impresionado por el carisma y amabilidad de Valentina, no pudo evitar expresar su
preocupacion.
Valentina, con una imagen de la mascara negra en su mente, murmur:
-Creo que sé a quién he ofendido.
iEse maldito sefior Mendoza! Tenia que ser él. Solo habian coincidido aquella noche en la villa Rodriguez. Ella
admitia haber intentado golpearlo en un momento de desesperacion, pero habia fallado. ;Realmente merecia
que la persiguiera asi?
iValentina estaba furiosa! Se despidi6é del agente inmobiliay decidid ir directamente a buscar a este «sefior
Mendoza para aclarar las cosas.
Media hora después, Valentina llegé al edifide la Corporacién Mendoza. Después de esperar media hora sin
ver aparecer a «sefior Mendoza» se acercé a la recepcion para solicitar una reunién con él. La recepcionista,
viendo la actitud de Valentina, llamé répidamente a la oficina del presidente en el dltimo piso.
-¢Coémo se llama? -pregunté Thiago al recibir la llamada.
-Valentina, dice que se llama Valentina Lancaster y que tiene algo muy importante que hablar
con el jefe.
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Thiago se sobresaltd y colgé rapidamente para informar a Santiago.
-Sefior, la seforita Valentina Lancaster esta abajo y quiere verlo.
Santiago no esperaba que Valentina viniera a buscarlo. ;Pero estaba buscando a el sefior
Mendoza?
-iQue suba! -dijo Santiago, aliviado de su reciente preocupacion.
Diez minutos después, una secretaria del presidente baj6 personalmente y, con gran respeto, llevé a Valentina a
la sala de visitas en el Ultimo piso. Una pantalla dividia la sala en dos, y al
dejo sin aliento por un momento. Pero se recuperd rapidamente y pregunto.
-Sefor Mendoza, ; puede decien qué le he ofendido?
Detras de la pantalla, Santiago, al ver a Valentina, se sintié inesperadamente animado. Bajo la voz y dijo.
-Nohas ofendido.
-¢Entonces por québuscas problemas una y otra vez? No puedo quedaen hoteles y ni siquiera puedo
alquilar un apartamento. ;Qué pretendes? Valentina estaba indignada.
Santiago jugueteaba con una moneda, sin disimular sus intenciones.
-No es seguro para ti vivir sola afuera. Tengo una propiedad en Residencial Los Pinares, puedes mudarte alli.
Valentina quedd aténita: ;Qué queria decir con eso? Retrocedié un paso, cruzando los brazos en defensa, y
exclamé.
-Ay eh-..
«jNo puede ser... no puede ser que quiera mantenerme!», pensé alarmada.